Murióse Michael Jackson, hubo elecciones en mi país (México), noticias varias de desgracias y nada me hacía escribir. Y de repente. La vi. En Facebook. Entre las fotos de una de mis primas, varios años menor que yo, hay una sección que se llama algo como "this pics I like". Fotos de ella, en las que - imagino - se gusta. Fotos en las que mira de ladito, con el pelo suelto, el ojito entornado y la boca semiabierta. Autofotos tomadas en su recámara, en su baño. Autofotos que, con las variables de que se trata de otros cientos de mujeres, ya había visto muchas veces antes. "MySpace photos". Esas fotos de chicas de todas las edades - pero entre más jóvenes, mejor- en las que ellas mismas se presentan como objetos sexuales, como mujeres dispuestas, como personificaciones del sex-appeal. Y más que asustada, ofendida, o molesta, me sentí aburrida.
Sí, es terrible que mujeres que son menores de edad sientan la necesidad de mostrarse como sexualmente disponibles. Sí, es terrible y peligroso que estén dándose de esa manera a un mundo machista. Y lo más terrible de todo, es que a edades muy tempranas ya "compraron" la idea de que ESE es el camino de lo sexy, de lo atractivo, de lo deseable. En un libro maravilloso, que debería traducirse y difundirse mucho más, Ariel Levy describe cómo hemos llegado a una cultura del "raunch" y lo nocivo que ésta resulta para el desarrollo femenino. En Female Chauvinist Pigs, Levy estudia fenómenos como Girls Gone Wild, a Paris Hilton y el auge de cosas como las "clases de tubo" y la necesidad que tiene la mujer promedio de ejercer este tipo de sexualidad si no quiere ser considerada una reprimida.
Así, de un plumazo, se nos dice, se nos bombardea, que las mujeres sólo son sexys si: son rubias, son delgadas - pero con tetas grandes -, hacen pucherito, usan tangas, saben bailar como strippers, se quitan la camiseta ante una cámara, o besan a otra como ellas. Se nos da la fórmula del sex-appeal pamelandersonesco como un único camino a la plenitud sexual. Y nos la creemos.
Y si, como sucede en EEUU y en este Mexiquito Lindo, esta explosión del sexiness Maxim va aparejada con una moral católicoculposa en la que el cuerpo, el sexo y las mujeres son malas... Pues estamos jodidas. Porque tienes que VERTE como una diosa del sexo, pero no puedes coger. Porque entonces serías una puta. Horror. Por eso se dan estas aberraciones como las estrellitas televiseras que salen enseñando todo menos los pezones (que todavía no acabo de entender por qué ofenden tantísimo a la moral) y dicen que "solo harían desnudos artísticos, si el guión lo requiriera"... ¿Les suena familiar? O se dan los casos de estas chicas de familias de clase media en estados marcadamente religiosos, que van a misa todos los domingos, se horrorizan ante la noción nebulosa de no llegar vírgenes al matrimonio, condenan el aborto y la sexualidad activa, la homosexualidad y todas esas cosas que el sacerdote de confianza les dice que son malas; pero que llegan a su casa y emulando a quien la tele nos dice que es deseable, realizan la pantomima y generan sus propias fotos sexys, iguales a las demás, sin nada que las distinga, sin nada que hable de sus deseos y necesidades reales.
Necesitamos deshacernos de estas necedades culturales; es necesario reconocer que una mujer es un ser sexual, sí, pero con todo lo que ello trae aparejado. Con toda la complejidad que viene implícita en hacer conciencia de que cada mujer necesita explorarse, sexual, emocionalmente, para descubrir qué es lo que quiere del sexo y de su vida. No es posible reducir a todo un género, en todo el mundo, a los requerimientos de los medios de comunicación, de esos mismos medios que nos dicen que sólo hay dos vías posibles: la de la virgencitasanta y el panbimbo o la de la promiscuidad y el vacío espiritual de los que no optan por el primer camino. Pero todo con bocas de colágeno y tetas antigravitacionales.
Mujeres y hombres necesitamos comenzar a explorar lo que realmente queremos, aceptar lo que realmente nos gusta, aunque le moleste al status quo, y de una vez por todas echar a la basura nociones absurdas de cuerpos sucios y físicos inadecuados. Desde nuestras diferencias debemos encontrar nuestro sex-appeal porque sólo de esta manera podremos alcanzar una satisfacción verdadera, y no la de la chica de cartón que vende una revista.