miércoles, 2 de junio de 2010

El México del "Sí se puede"

Vivimos en un país machista, de eso no hay duda. Y en un país racista, clasista, homofóbico, católico, apostólico, futbolero y guadalupano. Pero decir esto en voz alta nos traería el desprecio de los siempre bienintencionados medios de comunicación - y de muchos de sus seguidores -, que parecen empeñados en correr un velo sobre todo lo que sucede en la vida cotidiana, en la violencia cotidiana que se hace presente por todos lados. La cuestión ahorita es hacer como que México es lo máximo, produciendo una serie de spots en los que modelos altas, blancas y delgadas (el prototipo de la belleza local, vaya) se contonean en entornos paradisiacos de la geografía mexicana. Curiosamente (o no) esos parajes de ensueño - los que todavía no se venden al mejor postor para hacer campos de golf - están a escasos kilómetros de las zonas que son constantemente mencionadas por la violencia que rige en sus calles, o por los abusos institucionales contra los más débiles.

Y por si fuera poco, por si estos anuncios no fueran lo suficientemente insultantes, desde el fin de semana nos torturan con otra serie, que pertenece a un perverso proyecto llamado Iniciativa México: perverso no porque esté mal "reconocer los esfuerzos de la sociedad mexicana que contribuyen a construir un mejor país", sino porque los auspiciantes son las mismas televisoras que nos han demostrado una y otra vez que no les interesa un mejor país. Que lo único que buscan son ganancias fáciles y rápidas. Que siguen perpetuando imágenes de mujeres sumisas, de hombres "bien hombres" y de homosexuales -hombres, las lesbianas no existen- como locas chistositas. Que en un estado laico, transmiten las misas de la catedral que celebra un personaje conocido por proteger pederastas. Y que en favor del fervor mundialista ($$$) hacen a un lado todo tipo de notas que deberían de informarnos acerca de lo que sucede en este país. De lo que le sucede a la gente indefensa ante la podredumbre y corrupción de las instituciones.

Hacen a un lado información como el ataque de un grupo de policías a un refugio de mujeres maltratadas en Cancún. El ataque al grito de "¡Dénme a mi mujer!" de un policía local, acompañado por otros cinco hombres, todos armados, respaldados por autoridades de la región. En el México que Javier Aguirre "a veces no entiende, pero siempre ama", es posible no sólo que un marido golpee repetidas veces a su mujer, le rompa la nariz con una plancha y le niegue la comida a ella y a su hijo; también es posible que dos denuncias anteriores contra él, no procedan por sus contactos en el Ministerio Público. Y por si fuera poco, es posible que irrumpa a gritos y patadas, además de amenazas hacia las encargadas del centro, en un lugar que debería ser un espacio que protegiera a las mujeres que han experimentado violencia en sus relaciones, en sus casas, en sus cuerpos. ¿Por qué estas noticias no llegan a la primera plana? ¿Por qué seguimos olvidando todos esos casos de abusos - la guardería ABC, la niña violada en Yucatán que tendrá que parir al hijo de su padrastro - que nos hablan de lo descompuesto que está nuestro país? ¿Por qué seguimos endiosando a un grupo de futbolistas mediocres, gastando cantidades de dinero absurdas en tiempos de crisis, haciendo como que hay algo que festejar tras doscientos años de complejos y abusos, en vez de hablar claramente de lo que está mal y de qué necesitaría hacerse para corregirlo?

¿Será porque las desgracias de los pobres no venden pantallas de plasma? ¿Porque las mujeres maltratadas no se parecen a las de los anuncios del México Bicentenario? ¿Porque hablar de lo que está mal en este país nos hace malos mexicanos? Los mensajes que se reciben de los medios y las autoridades eso parecerían indicar, además de reiterarnos lo poco que valemos los que no somos "amigos de alguien", lo poco que valemos mientras no se trate de hacerle el gasto a la supertienda, a la supermarca, a la supertelevisora.

Mientras tanto, habrá que seguir hablando, para que no haya sólo una versión de cómo son las cosas en esta parte del mundo.