martes, 28 de abril de 2009

Viviendo la decisión Pro-Vida.

Sé que lo anecdótico no es dato duro. Pero en muchos casos es la única manera que tenemos de acercarnos a temas en los que lo comprobable no nos da el sentido que buscamos. Leyendo esto, originalmente publicado en Shakesville, vi puestas en palabras ideas y sentimientos afines a los míos; nunca he pasado por algo tan duro como dar un hijo en adopción, pero agradezco a quien lo hizo por su valor y su claridad. Por poner en palabras la rabia que me da cuando se aprueban leyes o iniciativas que permiten obstaculizar las decisiones femeninas, como está pasando ahora.

El texto completo no puede reproducirse, así que les pongo algunos fragmentos. Si leen inglés, les recomiendo el original, ya que la traducción es mía y es amateur.

[...]Soy la madre biológica de un niño que adoptó alguien más; soy pro-choice convencida, no cristiana, totalmente inadecuada para la maternidad, y, después de más de una década, tengo algunas cosas que decir acerca de la adopción. Lo he rumiado desde que escuché sobre la reciente erupción de leyes para fomentar los ultrasonidos pre-aborto. Con todo y que me siento conmovida de que tantos hombres en tan diversos estados estén tan profundamente preocupados por la posibilidad de que las mujeres se pongan todas tristes por abortar, me gustaría hacer saber a estos compasivos corazones sangrantes que las alternativas no vienen precisamente libres de consecuencias.[...]

Créanme cuando les digo que, de las dos decisiones, fue la adopción la que casi me destruye – y eso no termina nunca. La única manera de compararlo que se me ocurre es la muerte de alguien querido. El dolor se repliega, quizá se diluya, pero regresa inmediatamente si lo toco de nuevo. Escribir esto me ha tomado casi dos semanas. Normalmente, puedo escribir esta extensión de texto en una media hora, con pausas para el baño. Comenzaba a escribir, me detenía sólo para releer, y me iba a llorar a mi almohada. No existe el “supéralo” con esto.[...]

El tratamiento post-adopción resultó estar enfocado en recomponerte lo suficiente para hacer un nuevo bebé cristiano que pudiera hacerte una buena esposa y madre cristiana. Una y otra vez me encontraba con lo mismo. ¿Qué pasa si yo no quiero o no puedo tener al Nuevo Bebé ©? ¿Y por qué carajos los bebés reales son tan desechables que se espera que en el caso de darlos en adopción los superes una vez pasado un periodo de luto apropiado (por ejemplo, hasta que consigas a un buen y cristiano marido)? Es extraño que esto no sea aplicable al abortar un blastocisto, en cuyo caso se espera que te emparedes en un sepulcro alejado de la sociedad decente hasta que roas los huesos de tu propio y despreciable ser. Mala mujer. MALA.

¿De dónde salió esta idea de que la única reacción normal es “el deseo de reemplazar esa maternidad”? Pienso que en parte viene de los roles la sociedad asigna a las mujeres. A veces parece que la única elección aceptable que tenemos es cuándo se quiere ser madre, no si se quiere. Yo pedí que me ligaran las trompas sin tener más hijos, y de repente todos me vieron como una forma de vida de otro planeta. Quizá, sólo quizá, si hubiera menos de esa presión para hacer bebés, tendríamos menos de esas historias como las de Susan Smith y Andrea Yates. No hay nada de malo en querer tener hijos. Pero hay una infinidad de cosas malas en hacer que la gente se sienta un monstruo si no quiere.[...]

La adopción me jodió en mucho peor manera que un aborto. He googleado a lo largo de los años buscando los efectos psicológicos de dar un bebé, y lo poco que encontré es sorprendente. La cantidad de depresión y suicidios es terriblemente alta, comparable con el Desorden de Estrés Post-Traumático – y sin lugar a dudas, no hay manera en que se pueda encontrar un estudio en el que el trauma post-aborto se acerque a los niveles de trauma post-adopción. Es extraño que casi no haya estudios al respecto; que nadie haga menciones al respecto, cuando no sólo es tu mente la que está en peligro, sino la de el niño o niños. Es extraño como esto nunca aparece cuando estas estúpidas reglas de obstrucción son propuestas por retrógradas anti-aborto.

Ellos siempre alegan acerca de lo preocupados que están por nosotras, porque aparentemente las mujeres no somos capaces de tomar decisions sin la amable guía del patriarcado que lo sabe todo; de lo contrario, dañaremos nuestras emociones y nos ahogaremos en un remolino de lágrimas de remordimiento. Se preocupan demasiado por los efectos psicológicos de no tener por lo menos diez meses para pensar si se termina o no con un embarazo, pero nunca hacen mención acerca de las mujeres que dan a sus bebés en adopción. Me parece que que cualquiera que hace esto último es celebrada aquí y allá por Haber Hecho lo Correcto, pero al mismo tiempo es despreciada por ser un antinatural mecanismo contenedor-de-un-útero que no ha funcionado como se debe. ¿De dónde carajos viene esta historia, y por qué todos parecen aceptarla en algún nivel o en otro?[...]

Para terminar: soluciones “unitalla” no aplican a la adopción, de la misma manera que no lo hacen con los abortos. Si hay discusiones acerca de los problemas emocionales que provoca un aborto, entonces tienen que empezar a darse las mismas, - si no es que más, acerca de las consecuencias de las adopciones.

Pero nada de esto les importa a los que boicotean clínicas. Ni yo, ni el niño, ni nada. Sólo les importa si ganan o no.



Mientras nos escondemos tras un tapabocas...

Como las noticias importantes de estos días giran alrededor de la pandemia, del pánico, del posible fin del mundo y catástrofes varias, hay muchas otras que se quedan sepultadas sólo para explotarnos en la cara cuando pase el furor milenarista.

Por ejemplo: ¿saben que en estos días los legisladores están haciendo todo lo que pueden para echar para atrás las reformas que legalizan los abortos? ¿saben que en estados como Yucatán, Durango, Nayarit o Jalisco están metiendo iniciativas para “proteger la vida desde el momento de la fecundación o la concepción hasta su muerte natural (sic)”? ¿que en Yucatán ya es necesario que un juez dé su visto bueno para que una mujer pueda interrumpir su embarazo?

Eso sí me da miedo. Más que los zombies con influenza porcina y pezuñas que pueblan mis fantasías de película serie B. Me aterra saber que en pleno 2009 a las mujeres nos siguen viendo como menores de edad que necesitan la custodia de "los adultos responsables", del Estado, de los jueces, pues las decisiones propias terminarán dañándonos. Como si fuéramos niñas. O idiotas. Como si desconociéramos las consecuencias y no fuéramos capaces de lidiar con ellas.

Estoy terminando de traducir un texto largo y doloroso de una mujer que le habla a este tipo de personas, en particular a estas almas moralmente superiores que plantean que la decisión "buena" ante un embarazo no deseado es el llevarlo a término y dar al bebé en adopción. Por supuesto que para alguien que no tiene que llevar nueve meses a alguien dentro de su cuerpo esa es la opción pertinente. La que va a juego con esas imágenes chantajistas de la virgencitasanta llorando por tantos inocentes muertos. Tantos inocentes de los que esos mismos bienpensantes se desentienden en cuanto nacen.

Aprovechen la reclusión paranoica de estos días y visiten Cimac Noticias, que se dedica a pescar y presentar las notas que afectan directamente a la población femenina de este paisito bananero. Y mucho cuidado con los zombies.

lunes, 27 de abril de 2009

Bola de babosos

Por Gabriela Damián.
Publicado originalmente en Pequeños naipes de ópalo. Dénse una vuelta.


Bueno, con esto de la gripa marrana mi adicción a internet se incrementó. Y navegando, me encontré con la siguiente noticia “chusca”: cierto hombre asalta un salón de belleza en Rusia, una de las estilistas lo amaga y lo retiene 48 horas para obligarlo a tener sexo con ella.

Por supuesto que el asunto resulta absurdo y hasta cómico, si tomamos en cuenta que al ladrón le salió el tiro por la culata. Ya cuando no da risa es cuando la tipa responde a la denuncia por violación que le puso el tipo: “Qué idiota. Sí, lo hicimos algunas veces, pero le compré un nuevo par de pantalones, lo alimenté, le di de beber y hasta algo de dinero cuando lo liberé”. Claramente, a la fulana se le fueron las cabras.

Como la imagen que acompaña muestra una cabellera rubia, los comentarios de nuestros compatriotas no se hicieron esperar. Para muestra, tres botones (SIC mayúsculo a cada uno de ellos):


“como se agüita el vato, se le fue bien… yo en cambio hubiera vuelto a asaltar cada fin de semana jajajaja…!! no dudemos ahora que con este caso se venga una ola de robos a esteticas, haber si les pagan con la misma moneda…”

“———-NO PUES ES UNA FANTASIA SEXUAL EL QUE UNA MUJER QUE ESTE BIWN LINDA ME SECUESTRE Y ME HAGA SU ESCLAVO SEXUAL, ES ALGO PERVERSO, PERO MUY RICO. ME GUSTARIA QUE LA RUSA ME SECUESTRARA Y QUE ME HICIERA PEDAZOS, ES UNA SUPERFANTASIA. QUE IDIOTA EL WEY, QUE LA DENUNCIO. SALUDOS.”

“Limosnero y con garrote… Que diga que le fue bien, o a poco era muy santo como para haberse sentido violado?? Qué chillón!”

Perdón, pero no entiendo. Será porque he sufrido en carne propia sentirme vulnerable al caminar por las calles de cualquier ciudad, será porque para mí sería una pesadilla que me obligaran a hacer CUALQUIER COSA en contra de mi voluntad… pero no lo entiendo y no me parece gracioso. Soy una amargada, seguramente.

O seguramente este tipo de comentarios imbéciles refleja que muchas personas no tienen idea de lo que una agresión sexual significa, que no tienen idea de lo espantosa que puede ser una relación íntima llevada a cabo en esos términos, que no tienen idea, en fin, de que todos los seres humanos podemos ser víctimas y verdugos.
Ni de que las mujeres con deseos sexuales sean seres con voluntad e inteligencia (que pueden usarse de manera negativa), y no conejitas de Playboy insaciables.

Y una última cuestión… ¿Qué habrían dicho si en la foto no hubiera pelazo joven ni rubio ni ruso, sino los rizos morenos y el cuerpo regordete de una cincuentona de Iztacalco?

Sí, hay peores males que una mugrosa epidemia. Porque ¿cuándo habrá estado de emergencia para esta forma de pensar?

Fin. A seguir oyendo valses.

jueves, 23 de abril de 2009

Día de Sant Jordi | Día del Libro



Hoy es el día de San Jorge. El del dragón. Sant Jordi en catalán. Es el día en que a las mujeres se regalan rosas y a los hombres, libros. Es el día del libro. Es un día para regalarle a otro la posibilidad de otros mundos. Regalemos libros y rosas, pero sobre todo los primeros. Regalemos libros a las mujeres y rosas a los hombres, porque ¿quién dice que a una fémina no le gusta meter la nariz entre las páginas escritas y que a un hombre no le emociona la belleza de una flor?
El chiste es que hoy le demos un poquito de belleza a alquien a quien queramos.

Recomiendo uno, femenino y delicioso, puro placer macabro:

Los Cuentos Completos I, de Silvina Ocampo, publicado por emecé. Una recopilación de literatura fantástica salpicada de encajes, pasadores e intenciones monstruosas vestidas con holanes. Léanla, déjense invadir por la melancolía de los ternos de porcelana y lo terrible de los destinos frustrados.

De regalo extra, una foto de Silvina Ocampo ideal para nuestro día del Libro. Con dedicatoria especial para los Perros con nostalgia de Barcelona y sus usanzas.

jueves, 16 de abril de 2009

Mujeres en la calle.

O de la necesidad de re-apropiarnos de nuestra ciudad.


Ayer, las mujeres afganas salieron a la calle a protestar en contra de una ley dirigida a los chiitas que, entre otras cosas, permite que los maridos tengan sexo no consensual con sus esposas, es decir, que las violen; permite el matrimonio infantil, y prohibe que una mujer salga a la calle sin la compañía del pene protector de su marido o pariente varón. Un grupo de aproximadamente 300 valientes salió a la calle y se manifestó frente a la mezquita del principal apologista de esta ley. Una contra-manifestación de hombres y mujeres las apedreó y les gritó, pero ellas realizaron su marcha, protegidas por una cadena de policías que incluía mujeres.

Y aquí "El peor machismo de todos" me dice que si uso shorts me busco que me acosen.

¿A qué viene todo esto? A que quiero aprovecharme de todas las lectoras que proponen que hagamos algo al respecto de la actual imposibilidad de salir a la calle como nos dé la gana sin que ello termine en bronca. Sé que este lugar lo visitan mujeres sensibles, entusiastas, creativas, con fuego en las entrañas... Lo sé porque a varias las conozco; lo sé también porque lo siento en las palabras iracundas y hartas de vivir en el encierro en una ciudad tan grande como esta. Aprovechemos esa rabia, ese entusiasmo, esa creatividad.

Hagamos algo.

Salgamos juntas a la calle. Juntas somos fuertes. Si en un país de machismo extremo las mujeres arriesgan su vida por defender sus escasos derechos, ¿no es necesario, indispensable, ineludible, que nosotras hagamos lo propio? Necesitamos hacer política de la de verdad, de la que no tiene partidos, de la que no tiene más colores que los de nuestra ropa. Necesitamos hacerle saber a esta ciudad que no nos gusta cómo nos trata y que ya no nos vamos a callar.

Hagamos un performance, una marcha, una protesta. Juntémonos todas y exijamos que se respete nuestro derecho a caminar vestidas con faldas, con shorts, sin tirantes. Invitemos a hermanas, amigas, madres, abuelas.

Propongo que resignifiquemos la infame Glorieta de Insurgentes y nos hagamos oír y nos hagamos ver como las mujeres argüenderas que nuestra ciudad necesita. Queda abierto este espacio para las propuestas de acción.

lunes, 13 de abril de 2009

Yo también elijo ser un monstruo


*Alerta de spoilers: si les choca saber en qué acaban las películas y esta no la han visto, regresen después.*

Una de las quejas que he leído acerca de las películas de animación es la falta de protagonistas femeninas. En particular, de modelos de mujeres fuertes e independientes. Las historias y las búsquedas suelen pertenecerle a la masculinidad: Rémy, Mike y Sully, Shrek, Lightnin' McQueen, Buzz y Woody... Las mujeres son acompañantes, voces de razón, quizá catalizadores, pero rara vez son quienes se encuentran en el centro de la acción. En ese paisaje de tan pocos habitantes, Monstruos vs. Aliens cae como bálsamo feminista para las argüenderas como una servidora.

Además quiso la suerte, el destino o La Loba, que el mismo día que fui a ver esta película al cine empezara a leer Mujeres que corren con los lobos, así que todo lo que veía en animación 3d ante mis ojos se iba relacionando con las palabras acerca de la Mujer Salvaje.

La historia de los monstruos y los aliens empieza con el día de la boda de Susan, a la que parece que lo que más le entusiasma es la luna de miel en París. Después de que el novio le sale con que mejor se van a Fresno, CA., para que él pueda ir a una audición de trabajo, a ella le cae un meteorito. Literalmente. Y con todo y todo se quiere casar, pero lo impide alguna reacción extraterrestre que la transforma de una muchacha modosita y petite en una mujer de muchos metros de alto y un pelo blanco platino envidiable. Un mujerón de estas dimensiones no es otra cosa que un monstruo, así que, como tal, hay que encerrarla en el área confidencial del gobierno en la que se guardan estas criaturas salidas de la imaginación B peliculera: Missing Link, el eslabón perdido anfibio, B.O.B., una masa gelatinosa indestructible, el Doctor Cucaracha, que se auto-mutó como buen científico loco, e Insectosaurio, una larva con proporciones de Godzilla.

A los monstruos les toca encierro. Nadie debe saber que existen. Peeeero... como se acerca una amenaza mayor, los aliens, se decide ofrecer a los monstruos su libertad a cambio de defender San Francisco de un robot extraterrestre que va en busca del quantonium, la sustancia que transformó a Susan en Ginormica. Y, mientras los monstruos masculinos comienzan un fallido ataque contra la amenaza, Susan huye para refugiarse en la ciudad. El robot la persigue y ella trata de escapar de él, primero como una chica indefensa, y poco a poco, como la super-mujer que descubre que es. Éste es ese primer momento fascinante de la película: todos presenciamos cómo Susan descubre en el terror de la persecución todas sus nuevas capacidades de monstruo: no se cae de los edificios porque es de su tamaño, puede recorrer distancias enormes usando automóviles como patines, y su fuerza se ha incrementado a la par de su estatura. Al final, el robot es derrotado usando las capacidades de cada monstruo, pero la heroína del momento es Ginormica, la enorme y fuerte mujer que por primera vez se sabe capaz de actuar, en vez de ser sólo una acompañante.



Así las cosas, Susan quiere seguir siendo Susan y casarse con Derek. Confía en el amor de él para acompañarla en la búsqueda de un "remedio" contra su monstruosidad. Así que regresa a buscarlo para seguir con sus planes de una vida en pareja, en equipo. Pero ella, grande y destructora, no le conviene a él para su carrera de presentador de noticias, así que, a volar, chava. Ahi te ves con tu gigantismo. Yo me voy a Fresno.

Susan se siente sola, enormemente sola. Y en ese momento se da cuenta de que en realidad no lo está; se da cuenta de que forma parte de un grupo, del de los monstruos. Del de las criaturas que todos los demás no quieren ver, pero que son capaces de hacer lo que nadie más en el mundo.

En este momento de gran felicidad, Gallaxhar, el alien mayor, la secuestra para sacarle el quantonium que la hizo gigante y usarlo para acabar con la tierra. Pero Susan ya no es esa niña indefensa, ya ha vivido lo que es ser un monstruo, ya sabe lo que es tener el control y luchar contra fuerzas desconocidas. Y además, Susan ya no está sola. Su manada de monstruos se infiltra en la nave para rescatarla y acabar con la amenaza alienígena. De nuevo, entre todos, desencadenan la auto-destrucción de la nave y, a pesar de contar con una Susan de nuevo petite, consiguen salir. Todos, menos Susan. Que regresa para ayudar a que sus amigos salgan y terminar con Gallaxhar. Que regresa para, en vez de dejar que le pasen las cosas, tomar ella la decisión y elegir de una vez por todas el bando al que quiere pertenecer: Susan se reconoce como Ginormica, decide abrazar su naturaleza monstruosa y bañarse voluntariamente de quantonium. A Susan le sucede lo que a las mujeres salvajes: una vez que te das cuenta de lo que eres capaz, no puedes regresar a ser la mujercita sumisa de adorno en el matrimonio perfecto. Necesitas combatir marcianos y mutantes gigantes. Porque puedes. Porque eso es lo que realmente eres.

Final feliz de monstruos-héroes, familia cariñosa y revancha con el ex. Final feliz de comienzo de una vida como Ginormica. Final feliz de haber visto cómo se nos da la opción de ser mujeres fuertes fuera de una estructura social convencional. De haber presenciado cómo una mujer es capaz de vivir una vida de acción rodeada de personas que son como ella. De haber presenciado, en el cine y en caricaturas, el despertar de la mujer salvaje.

viernes, 10 de abril de 2009

Mujer monstruosa

Sigo en el espíritu del entretenimiento alejado de los cristos y los azotes. Por favor, por favor, por favor, vayan a ver Monstruos vs. Aliens. Es la película de animación más inspiradora que he visto en mucho tiempo. Vayan a verla antes de que me ponga a escribir todo lo que me dejó pensando y les llene de spoilers la experiencia. Soy la más grande fan de Susan / Ginormica.

jueves, 9 de abril de 2009

Más heroínas para el fin de semana.

Aprovechando los días de asueto, en vez de ver películas como Ben-Hur o Semana Santa en Acapulco, voy a seguir con las recomendaciones que estimulen el argüende y la reflexión sobre la feminidad, sobre nuestra feminidad.
En este caso, se trata de un librito que se va como agua y que le da unas buenas sacudidas a la existencia muchas veces anestesiada que tantas mujeres llevamos.

Por favor lean Se busca heroína, de Paulina Rivero Weber.

Es un libro cortito, en el que la autora expone, de una manera maravillosamente sencilla y emotiva, los paradigmas femeninos que nos endilga la mal llamada literatura universal, y con los que inconscientemente cargamos en nuestra vida diaria.
A través de poemas, reflexiones filosóficas y ejemplos de mujeres impresionantes, Rivero Weber nos empuja a descubrir a esa heroína que llevamos silenciada y a actuar en consecuencia. Acción, plenitud, intensidad. Es lo que nuestras vidas necesitan. Me gusta que la autora no evade los conflictos que puede representar hablar de feminismo en nuestros tiempos, y que haga énfasis en lo necesario que es que hombres y mujeres aprendamos a vernos y a trabajar, soñar y llevar nuestras vidas juntos.

Este libro lo conocí porque me lo dio mi mamá un domingo después de leerlo. En menos de dos semanas regresó a la escuela de música, a terminar su carrera inconclusa. Creo que no hay más que decir al respecto.

miércoles, 8 de abril de 2009

Maravillosa Mujer Maravilla

Me encantan los cómics. Todo lo que tenga que ver con ellos. Sin embargo, reconozco que sé poco del género super-heroico; sé lo suficiente para saber que prefiero a DC que a Marvel, y que me encantan las historias de Batman. Sé que a la Mujer Maravilla la inventó un doctor en la década de los cuarenta del siglo XX y sé que Linda Carter fue la encarnación televisiva que nos hizo a tantas niñas en los ochenta dar vueltas hasta marearnos para cambiar de Diana Prince a Super-Heroína de Lazo de la Verdad y avión transparene. Sé que fue todo un drama cuando le cortaron su melena negra de amazona.

Lo que no sabía es que actualmente las historias de la mujer maravilla las escribe una mujer, Gail Simone. Una mujer que, además de escribir historietas, se preocupa por la muerte de tantos personajes femeninos en los cómics de super-héroes y hace un proyecto al respecto. Una mujer que piensa que la Mujer Maravilla está más allá de discursos anti-hombres porque sabe que se tiene que convivir en igualdad. Una mujer que se atreve a sugerir que la Mujer Maravilla es un ser sexual, a diferencia del referente divino de pureza que se le atribuye desde otras lecturas. Me encanta que un personaje que ha representado para tantas la posibilidad de ser mujeres fuertes siga existiendo. Y me gusta más que quien está detrás de la Mujer Maravilla sea una maravillosa mujer enamorada de su personaje. Cuando Simone tomó el proyecto como la primera escritora femenina de planta de la Mujer Maravilla, una reseña describió así su primer número:

Lo que Simone ha hecho es capturar la esencia de todo lo que la Mujer Maravilla es y debería ser. Ella es fuerte. Ella es inteligente. Ella es astuta. Ella tiene un seco sentido del humor. Ella es más que capaz de desenvolverse en una pelea, pero siempre busca la manera de evitar pelear si es posible. Es compasiva. Es comprensiva. Ella es, en pocas palabras, todo lo maravilloso que su nombre implica.




Creo que no nos haría mal revisitar este personaje y, al menos en mi caso, conocer a esta autora. Un fin de semana largo es un buen pretexto para hacerlo.

viernes, 3 de abril de 2009

El peor machismo de todos.




Es abril, y en la ciudad de México hace un calor infernal. En un mundo ideal, una mujer podría salir a la calle en estas circunstancias usando camisas sin manga, faldas más cortas y ligeras, o shorts; pero en el mundo real, en las circunstancias reales de esta ciudad, "atreverse" a usar unos shorts es exponerse a las miradas groseras de los hombres que se sienten con el derecho de poseer a una mujer aunque sea con la vista.

Lo peor es que esta conducta machista, reprensible en el ciudadano de a pie, se presenta también en quien se supondría que está para cuidar. Un ejemplo: Hoy, viernes, las dos mujeres con las que trabajo y yo salimos a tomar algo después de comer; una trae shorts; los hombres la miran como si nunca en sus vidas hubieran visto un par de piernas. Pasamos frente a un camión lleno de esos oficiales que tienen en espera de las reuniones de emos de la Glorieta de Insurgentes y que cumplen con la heroica labor de dispersar concentraciones juveniles. Oficial1 repite el gesto lascivo de todos los hombres de la colonia Roma y, no conforme con eso, despierta con un codazo a Oficial2 para que no se pierda la vista. La gota que derrama el vaso. FeministaGorda le reclama, le hace saber que su deber es dar seguridad a los que pasan, y no representar un riesgo más. Oficial1 y Oficial2 se refugian en el interior de su camión con cara de escuincles regañados.

Entonces se abre paso El Peor Machismo de Todos, encarnado en una mujer policía que me hace ver que "la vista es algo natural", que si no le dijeron nada, no tengo por qué reclamarles si "nada más" la vieron. Ante mi reclamo de que no es posible que alguien que representa la autoridad "nada más" vea así a una mujer, El Peor Machismo, el de una mujer, me dice: "Pues si no quiere que la vean, ¿para qué se viste así?" Mirada de incredulidad seguida de la ira de mujer argüendera de FeministaGorda y su amiga. No es posible que una mujer considere que está bien que un hombre le falte al respeto a otra, aunque "sólo" sea con la mirada. No es posible que, en vez de protegernos unas a otras, reciba de la voz de otra mujer ese argumento que justifica violaciones y maltratos: "Si no quieres que te vean/violen/peguen, no te vistas así" Y para colmo, otra mujer que pasaba por ahí, y que se quedó a oir todo el borlote, al final nos decía que si no nos gustaba ese trato, que para qué habíamos venido a México, que es de lo más normal que los hombres vean así a las mujeres, y que si no nos gustaba, nos fuéramos a encerrar a nuestras casas.

¡Carajo! Pues por supuesto que es "normal" que los hombres nos vean como pedazos de carne, si hasta las mismas mujeres lo ven así. Es "lo normal" en México que te miren hasta que te hacen sentir incómoda, porque su mirada trata de reducirte, de poseerte. Ahora resulta que lo anormal es exigir respeto a mi libre tránsito por las calles de la ciudad donde nací.

En India, donde la situación de acoso callejero es similar o peor a la mexicana, varias organizaciones de mujeres se han formado para combatir el eve-teasing, como lo llaman allá. Las mujeres responden a la agresión del acoso tomando fotos del mirón, convocando a barricadas de mujeres en zonas mayoritariamente masculinas, haciendo instalaciones y videos. Aquí, una mujer policía y una ama de casa me reprocharon por exigir el respeto que cualquier mujer, que cualquier persona, merece. Lo que hacen esas miradas "de lo más naturales" es acoso, y hay que nombrarlo con todas sus letras para tomar contra él las medidas necesarias. La primera, que las mujeres mexicanas hagamos un frente común contra quienes nos hacen del caminar cotidiano un viacrucis.

jueves, 2 de abril de 2009

Mi cuerpo es mío.

Vivimos en una época en la que constantemente nos bombardean con imágenes de cómo deberíamos ser físicamente; la publicidad, las películas, la tele, nos presentan modelos inalcanzables de belleza, y nos meten en la carrera por un cuerpo más delgado, más firme, más liso, más blanco, pelo más largo y más sedoso (en la cabeza, el resto de pelos están PRO-HI-BI-DOS), dientes que brillen en la oscuridad de tanta blancura, manos perfectas.

Alto. Respira.

Te tengo un reto para este jueves: elige la parte de tu cuerpo que más te gusta y compártela con todos nosotros. No hablamos de sentimientos, inteligencia ni esa clase de cosas: estamos en la parte frívola y superficial. Haz las paces con esa persona que nunca está a la altura del deber ser mediático y mírate en el espejo con los ojos de la gente que te quiere. Seguramente alguien te lo ha dicho; el color de tus ojos, tu pelo rizado, tus piernas torneadas como de rumbera de antes, tu nariz respingada, tu sonrisa.

Yo empiezo: me gusta mucho el conjunto que hacen mis hombros con mi pecho y espalda. Hombros redondeados, clavícula, cuello y espalda. Creo que es una de las zonas más femeninas de mi cuerpo, y me gustan las curvas que se forman. De repente podría pensar que le pertenecen a alguna diva cinematográfica de antaño y eso me gusta.

Ya está. Me doy cuenta de que hay partes de mí que son hermosas y que no necesito de la aprobación de un comercial de cremas para ser bella, para que mi cuerpo forme parte de la belleza, que nos parece inalcanzable pero que en realidad no hemos aprendido a reconocer en nosotros mismos.

Por favor, compártenos tu parte bella; y mañana, viernes, haz algo por esa parte del cuerpo, vístete de manera que la acentúes, que se la presumas a toda la gente que te vea.