jueves, 22 de julio de 2010

Acémila, cougar, gallina, zorra.


"Una zorra es la que se acuesta con cualquiera. Una perra la que se acuesta con cualquiera menos tú." De un estatus cualquiera de Facebook.

Leía estas palabras y, más allá de las referencias al comportamiento sexual de las mujeres de acuerdo a las exigencias y necesidades no de ellas mismas, sino de los hombres que las(nos) juzgan, hagan lo que hagan, lo que me llamó la atención fue la facilidad con la que utilizamos animales para referirnos a las personas del sexo femenino: desde la sonora "¡Recua de acémilas!" con la que un cura regañó a mi profesora de Español y a sus amigas, según nos contó en una clase, hasta las perras y zorras que se prodigan como señal de los tiempos que vivimos, pasando por las gatas que hacen el quehacer de las ricas sin educación, sin olvidarnos de las cougars, que se atreven a pretender que está bien tener relaciones con hombres más jóvenes. Y si seguimos buscando, encontraremos gallinas que no se callan, mujeres que parecen vacas suizas, víboras criticonas y un etcétera que parecería infinito.

Y sólo se me ocurre preguntar ¿Por qué es tan fácil relacionar las actitudes femeninas con comportamientos animales? ¿Por qué lo hacemos de forma tan natural, sin detenernos a pensar en lo que pude implicar?

Y sólo se me ocurre proponer algunos pensamientos "en voz alta" (¿cómo será la voz alta por escrito?): ¿No será que inconscientemente seguimos pensando en que la mujer está más cerca de los otros animales que del hombre? ¿Esta cercanía a la animalidad se deberá a que seguimos pensando en la mujer como menos humana que un hombre? Y si la divinidad de su preferencia puso a los animales al servicio del hombre ¿No explica esto perfectamente la relación de ideas planteada en el estatus fesibuquero que corona esta entrada? ¿No explica, además, la sensación de indignación masculina ante la pertenencia que se atreve a negarle la satisfacción al amo? ¿Cómo es posible que esa mujer, más cercana a una perra rabiosa o a una zorra huidiza que a mí, hombre-punto-culminante-de-la-creación, no entienda que su sexualidad debe girar alrededor de mi pene de macho propietario?

No sé, ahí se los dejo de tarea, con el recordatorio de que las palabras, y la manera en que las usamos, dicen mucho de nosotros. Mucho más de lo que nos gustaría.

2 comentarios:

Argüende