miércoles, 23 de marzo de 2011

You keep using that word...



Hace un par de días, la revista Replicante publicó una columna de opinión titulada "Feminismo y otras falacias". La autora, Tania Tagle. El texto, un desastre.

Con motivo de la conmemoración del 8 de marzo, Tagle se avienta esta opinión, en la que busca evidenciar cómo el feminismo (entendido únicamente como el feminismo sesentero rabioso y quemabrassieres) ha servido para que las mujeres se auto-victimicen, y manipulen todas sus circunstancias a su favor. Critica las cirugías plásticas, el arreglo personal, y la noción de que liberarse es gastar miles de dólares en un bikini de Gucci. Pero también habla de situaciones terribles, como la violencia de género, desde esa comodidad que da el privilegio, desde esa postura Susanitesca, molesta porque las pinches viejas siguen jodiendo con que no quieren que se sigan matando mujeres sólo porque son mujeres. ¿Qué no ven que ya estamos en una sociedad post-género? parece preguntarse la autora, ¿qué no ven que yo tengo ya todas mis necesidades cubiertas? Y utiliza el mismo ejemplo al que tantos personajes privilegiados recurren al desestimar la situación de género en México: Ni que estuviéramos en los países del Medio Oriente. Ahí sí que hay inequidades debido a la religión. Así que no se quejen, señoras manipuladoras que nomás van a la universidad a buscar marido.

De verdad que dan ganas de gritar ante tal ceguera, ante tal despliegue de privilegio, ante tal ignorancia al respecto de lo que sucede en su propio país. Y ese es un texto escrito por alguien que ha recibido educación. Por alguien que tiene acceso a un medio más o menos importante. Alguien que, con todas estas ventajas, no fue capaz de hacer una búsqueda más allá de los lugares comunes, de los favoritos de esa intelectualidad que frunce la boca cada que se le recuerda que todavía se viven inequidades incluso en los lugares más elitistas y privilegiados. Resulta terrorífico que alguien que supuestamente lee y escribe como modo de vida, alguien de quien podríamos suponer un contacto con numerosos puntos de vista diversos, con la capacidad y las herramientas para hacer una investigación, prefiera quedarse en la comodidad de lo que ya sabe y ve todos los días.

Que después de toda la serie de comentarios que recibió al respecto de su texto (léanlos, por favor, esos sí valen la pena), siga prefiriendo no saber qué quiere decir realmente el término y las ideas que decidió criticar.

4 comentarios:

  1. Excelente reflexión... Qué miedo terrible causa el quiebre del status quo, por más que pueda implicar una mejoría. En general resuta muy amenazante la palabra feminismo, y hasta mujeres que a todas luces lo son en su discurso y trabajo, lo niegan en público y se dicen "femeninas, no feministas", como si una cosa tuviera que ver con la otra.

    Lo que prueba que el machismo engendrado por este sistema patriarcal al que pertenecemos, permea hasta en las mujeres, que sen gran cantidad son tan discriminatorias entre ellas mismas, como lo son los hombres.

    Gracias por la reflexiónª

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  2. Afortunadamente para mí, pude seguir hoy esta historia completita; tras leer el artículo de Tagle y sobre todo los deliciosos comentarios (atestiguar la lenta y penosa caída de un mal autor que se cree soberbio ante la buena crítica es un privilegio que nunca dejaré de agradecer), tu texto aportó a la reflexión (por lo menos a la mía) las palabras justas, ni más ni menos. Fue un placer leerte, tanto en los comentarios de allá como en este espacio. Gracias.

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  3. Lilyán, Alejandra,
    Muchas gracias por comentar.

    Totalmente de acuerdo con lo que dices, Lilyán. Las narrativas cliché al respecto del feminismo son sumamente dañinas, tanto para mujeres como para hombres.

    Bienvenidas las dos!
    Alejandra

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Argüende